20170604

A costeira do bonito. Dous artigos de Pablo Mosquera

Vista xeral de S. Cibrao, tomada o 29 de abril de 1945. O acubillo para a flota, madeira e vapor, era a ría.

Tertulias entre gentes de mar
Recuerdo con imborrable nostalgia aquellas tertulias a la puesta del sol en el miramar en El Coto de San Ciprián. Era un momento para que las gentes de mar predijeran como iba a estar el tiempo al día siguiente, hechos que condicionaban a la flota de bajura compuesta por aquellas hermosas motoras de madera como " La Calista" de Manolo de Rego, que fue la persona con la que aprendí a cacear en el Escaramelado de Os Farillóns.
Hoy resulta muy complicado entablar una conversación sobre los antecedentes marineros de San Ciprián. No quedan casi vestigios de aquel pasado dónde en cada casa había un patrón. San Ciprián se componía de gentes de mar, carpinteros de ribera, carabineros reales y lo que denominaban "industriales y propietarios". Los primeros regentaban cantinas-colmados y los segundos vivían de las rentas que proporcionaban las propiedades: prados-lugares-montes.
Pero aun queda gente con la que se puede aprender. Así me comenta Clara Rey Sarmiento "de Rio Cobo", aquella historia que tanto les impresionaba en la niñez. Unas mujeres de Lieiro había protagonizado un motín... Indago y "¡bingo!". En agosto de 1892 fueron detenidas Carmen Martínez Ben, Carmen García Rodríguez, Concepción Paleo, Josefa Rey Castro, Clotilde Rubiños Paleo; la causa, oponerse al arrendamiento del impuesto de consumos el 23 de tal mes.
Cuando paseo por el sendero que va desde La Caosa, por La Fontiña y llega hasta La Cetárea, recuerdo a mi vecino y miembro de la tripulación de "La Calista", Arsenio, encargado de la cetárea que a su vez dependía de las de Rinlo. En 1898 era noticia que de San Ciprián habían salido con destino a Francia, 1385 langostas. Tal marisco alcanzaba en el país vecino entre 10 y 12 francos, que dejaban un beneficio con respecto a Galicia de más de 9 francos. Así llegó la esquilma total. A pesar del informe elaborado y publicado desde 1881. Tal alerta informaba de capturas de 900 000 langostas.
Las dos obras que tuvieron en vilo a las gentes de mar del puerto de San Ciprián fueron, el muelle, cuyas obras salen a pública subasta en mayo de 1935 por valor de 251 780 pesetas. La otra necesidad era la construcción de un muro en la isla de La Anxuela, para que sirviera de protección a la flota que atracaba en La Concha, frente a lo que hoy se conoce como praya Do Torno. La primera intentona es de mayo de 1933 al salir tal obra a información pública. La subasta de la obra se realiza en junio de 1941 por valor de 869 506 pesetas. Curiosamente y como ejemplo del trato que siempre se dio desde Madrid a nuestra costa, no será hasta 1967 cuando se vuelva sobre la cuestión y 1968 cuando se decida formalmente concluir la obra del muro para proteger al puerto de San Ciprián. Por aquellas fechas había un dicho que nos dolía: "San Ciprián, moita area e pouco pan".
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Anos 1960. Flota boniteira da confraría de S. Cibrao, S. Cibrao chegou a ter máis de 30 barcos de madeira.

Después de la fiesta, a la mar
Tras las fiestas patronales de Burela. Con las alfombras florales camino del puerto pequero más importante tras el de Vigo. Tras el recuerdo a los náufragos de una costa también da morte. Tras la transformación, de una parroquia que perteneció al Concello de Nois y Cervo, en territorio municipal con enorme dinamismo económico y poblacional. Tras instalar toda suerte de actividades económicas, desde astilleros hasta hospital, pasando por prestigiosos centros de enseñanza y un gobierno municipal empeñado en que Burela sea cita con la cultura. Comienza la campaña del bonito.
Un 7 de julio de 1965 dos noticias. El bonitero sanciprianés "Estrella de Belén" capturaba la primera marea de bonitos -5000 kilos- Tuvo que adelantar su arribada a puerto por haber socorrido a la tripulación del "Luna Nueva" que mandaba Jovino Fernández Fernández, otro bonitero de la cofradía de San Ciprián, hundido a 56 millas de Fisterra.
Ese mismo año, la flota bonitera de Islas San Cyprianus, tuvo dificultades para abandonar o porto de abaixo, dónde la ría era refugio invernal para toda suerte de barcos, pero las montoneras de arena que desde la galerna de 1961 se habían acumulado en "La Barra" dificultaban la salida de la flota. Señalaba el "Pueblo gallego" que "las sufridas gentes de San Ciprián" no sólo seguían sin muro en La Anxuela, contemplaban como la autoridad, siempre diligente con el drenaje del puerto de Burela, se olvidaba de la flota de San Ciprián.
La flota bonitera cambió la vida de nuestros puertos gallegos del Cantábrico. Así en 1963, en septiembre se informa que los precios de venta en rula se movieron durante la costera entre los 28,60 y 36 pesetas el kilo. Se quejaban nuestras gentes por la falta de capacidad en la fábrica de hielo, que les obligaba a perder hasta 72 horas a la espera. Y lo mismo sucedía con el abastecimiento de gas-oil.
Entre la costera del bocarte y la del bonito la flota estaba en tierra preparándose para la nueva singladura tras la llegada del verano. En 1964 Burela contaba con cincuenta boniteros y San Ciprián treinta.
Estas primeras capturas del bonito impactaban en la preparación de las fiestas patronales del Carmen. La comisión de fiestas esperaba la colaboración de la flota, que era proporcional a la caja común fruto de las ventas. La planificación de las mareas, al menos en San Ciprián, se hacían para conseguir que la mayoría de las tripulaciones boniteras disfrutaran, de la patrona, en puerto.

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